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Boletin ICCI ARY-Rimay
Boletín ICCI-ARY Rimay, Año 4, No. 40, julio del 2002

La política en los medios de comunicación

Mario Bustos


"El conjunto de sectores de la izquierda y de organizaciones sociales no han estado en los medios de información, primero porque no comprenden la dimensión política de la comunicación; y, segundo porque la propiedad de los medios está centrada en propietarios concretos, articulados a los grupos de poder económico"
"No es cierto que a través de los procesos de globalización de las ideas, de las políticas culturales y propagación de medios haya un mayor equilibrio, una mayor democracia en la comunicación. Lo que si hay es una imposición a la sociedad de una verdad forzada"

El desarrollo tecnológico de las comunicaciones ha hecho que vivamos una cultura mediática, tanto en las relaciones sociales como en las políticas. Los sistemas de comunicación e información han privilegiado a los medios, esto hace que en realidad los problemas comunicacionales respondan fundamentalmente a intereses concretos de sectores de poder político y económico.

El Estado, o quien tiene en sus manos los poderes del Estado, para desarrollar sus programas y políticas económicas, sociales, etc., en correspondencia a sus intereses han determinado un conjunto de orientaciones ideológicas que se difunden a través de los medios de comunicación. Este proceso antes se hacía a través de la escuela, la iglesia, la universidad, esos eran los centros más importantes por medio de los cuales se imponían las ideas al común de la sociedad; ahora todo es mucho más rápido, eficiente, y efectivo, según la perspectiva de los que imponen la ideología.

La imposición de ideas a través de los medios de comunicación (radio, vídeo, televisión, prensa, comunicación electrónica), realmente no responden a niveles de objetividad, no tratan de mostrar diversas posiciones y tendencias sobre determinados problemas, sino que denota una fricción sobre la realidad y es esta fricción sobre la que actúan los políticos y los diversos actores sociales.

El caso ecuatoriano

En concreto, en el caso ecuatoriano tenemos varios grupos del poder económico que se expresan a través de partidos políticos, tales como: Social Cristiano, Democracia Popular, Patria Solidaria, e Izquierda Democrática, fundamentalmente. Todos ellos tienen una vinculación directa o muchos de sus militantes son propietarios de los medios de información y por lot tano, hacen un programación en la que privilegian y elevan la imagen, así como la posición de las tendencias políticas que tienen el poder económico.

Pero, no sólo privilegian a los partidos que representan sus intereses, sino que al mismo tiempo a través de su programación buscan deslegitimar a los otros sectores políticos, a los de oposición al régimen. Es el caso que no visibilizan a los sectores de izquierda, como son: Pachakutik, Sociedad Patriótica, MPD, y cuando los visibiliza es para intentar hacerlos "trizas". Por ejemplo, a Pachakutik últimamente se le visibilizó en los medios, pero con el fin de resaltar la crisis interna que se tuvo con la CONAIE, a partir de la posición adoptada por Antonio Vargas como ex Presidente de esta organización. Estos conflictos internos que se generaban por la actitud de un ex dirigente indígena determinaron que los medios cedieran sus "canchas", sus espacios, para desde allí hacerle "pedazos" a Pachakutik. Y esa imagen, la de un movimiento dividido fue la que los medios estuvieron proyectando hacia el conjunto de la sociedad.

Ahora, el papel manipulador de los medios se ve claramente en esta actitud de distorsionar la realidad. Pues las contradicciones se dan también al interior de la derecha ecuatoriana, y ésta ha tenido varias crisis, pero esta realidad no aparece en los medios, es algo que no se ve. Esta manipulación conlleva a que en la sociedad exista la idea de que quienes realmente están fraccionados no son los de la derecha -por más que existen más de media docena de partidos de esta tendencia- sino más bien que es la izquierda la dividida, aunque de esta tendencia solo haya dos agrupaciones: Pachakutik y MPD.

Todo esto pasa en los medios, mientras que en la realidad la derecha ecuatoriana es mayoritariamente fraccionada en distintos partidos, tomando en cuenta que ellos responden prácticamente a cúpulas y no es el caso de las organizaciones políticas de izquierda, que involucran a sectores organizados de indígenas, trabajadores, maestros, movimientos ciudadanos, mujeres, comunidades cristianas de base, etc. Aquí se denota la actuación de los medios, ellos privilegian una imagen, priorizan unas tendencias, y tratan de fijar un solo pensamiento.

Pero, esta actuación de los medios frente a la izquierda también se alimenta de la forma como este sector asume a la comunicación. Hay una debilidad en la comprensión política de la comunicación. Por ejemplo, frecuentemente hay decisiones políticas que se adoptan, discusiones ideológicas y debates de carácter interno que trascienden públicamente, sin tomar en cuenta la imagen que proyectan hacia la sociedad. Así los dueños de los medios de información aprovechan esta distracción de la izquierda para ir posesionando en la sociedad la imagen que ellos quieren, a partir de los conflictos ideológicos, políticos o incluso personales que se va teniendo al interior de esta tendencia.

Casi nunca se ha estado en los medios

Por otro lado, también sabemos que en las campañas electorales anteriores el movimiento Pachakutik ha padecido de una clara planificación de recursos que le llevara a estar en los medios, es decir, casi nunca como movimiento político se ha estado en los medios, lo que si sucede con la CONAIE, como movimiento social organizado, que a partir de sus propuestas y de sus luchas se ha ganado un espacio en la sociedad para opinar sobre los diferentes problemas del país. Pero esto tampoco corresponde a resultado de una estrategia de comunicación bien montada. En general, el conjunto de sectores de la izquierda y de organizaciones sociales no han estado en los medios de información, primero porque no comprenden la dimensión política de la comunicación; y, segundo porque la propiedad de los medios está centrada en propietarios concretos, articulados a los grupos de poder económico.

Al haber una falta de compresión política de la comunicación, hay una debilidad en lo que significa la construcción de vocerías, el posesionamiento de las imágenes, de los discursos, de las acciones que se generan desde las organizaciones sociales, más aún de lo que significa la utilización de otros recursos de propaganda. Los niveles de comunicación que se dan al interior de las organizaciones sociales son fundamentalmente asambleas, espacios de reunión, instancias colectivas en las que se comparten y se debaten ideas, pero luego de eso en realidad hay una debilidad para lograr posesionar esas ideas y conclusiones colectivas. Difícilmente se desarrollan estrategias para irlas posesionando en lo colectivo y probablemente no hay planteamientos de utilizar la comunicación de manera adecuada.

El asunto es que esta comprensión de la comunicación la deben desarrollar los líderes de los movimientos, las autoridades de estos. En el caso de gobiernos locales por ejemplo, se debe tener una visión diferente de la comunicación a fin de que ésta realmente posibilite mayores niveles de participación de sectores organizados en la sociedad. Es decir, no se trata solamente de ir posesionando a un vocero sino de multiplicar los voceros sociales, de multiplicar los voceros de las organizaciones de izquierda y de multiplicar las acciones comunicativas.

Muchas veces se piensa que cuando hay una denuncia lo que se debería hacer fundamentalmente es convocar a los medios de prensa, llamarlos y llevar a cabo una rueda de prensa. Ese es el nivel de discurso, se hace un nivel de comunicación o se intenta hacer opinión pública a través solamente de declaraciones y a través de ruedas de prensa, reuniones, etc., pero no provocamos acciones comunicativas, hechos comunicativos. Sí se han dado iniciativas desde el movimiento indígena y desde los grupos ecologistas por ejemplo, que desarrollan acciones concretas y que si posibilitan posesionar esas acciones en la opinión pública, pero en general el conjunto de actores sociales no tienen creatividad e iniciativa para desarrollar acciones comunicativas y esa es otra de las realidades, aparte de no ser propietarios de los medios de información.

Esta situación debiera conllevar a plantearse una política de comunicación que tenga en cuenta la formación interna de los militantes de las organizaciones, la socialización al público, el desarrollar acciones frente a los diferentes medios, la constitución de redes internas, de redes sociales de información. Hay un intento de hacer estrategias de medios de comunicación, pero finalmente se reducen a las acciones internas de cada organización social, de cada ONG, de cada movimiento político, etc. Las iniciativas de constituir redes sociales de comunicación sería una alternativa para romper los cercos informativos, las exclusiones, que hacen los sectores dominantes y propietarios de los medios de información. Estos sectores dominantes tienden a posesionar un modelo económico, social, político, cultural imperante, o sea el modelo neoliberal. No es cierto que a través de los procesos de globalización de las ideas, de las políticas culturales y propagación de medios haya un mayor equilibrio, una mayor democracia en la comunicación. Lo que si hay es una imposición a la sociedad de una verdad forzada. Ahora, esto también se debe a que los medios de información son parte del aparato del Estado. En ese sentido son instrumentalizados para imponer las ideas y los pensamientos de quienes están conduciendo los destinos del país.

La política de comunicación de las organizaciones

A nivel del país y de las organizaciones sociales, del Movimiento Indígena, hay algunas experiencias que tienen como objetivos llegar a procesos de autodeterminación de lo comunicacional por parte del Movimiento popular. Esto significa que se desarrollará una capacidad de manejo en el uso de los medios en términos estratégicos, en función de un proyecto político histórico.

Esto se traduce completamente en que, por ejemplo, las organizaciones sociales cuenten con estructuras de comunicación y que las mismas estén pensando en dotarse de medios de información, es decir, que cuenten con cámaras, radioemisoras, canales de televisión, periódicos.

Por su parte, los Gobiernos Locales Alternativos están pensando en emisoras, canales alternativos de televisión, periódicos, y redes electrónicas. Ya muchas organizaciones utilizan páginas web, también hay, aunque todavía con debilidad, redes informativas, redes de emisoras populares en Ecuador. Igualmente, hay iniciativas de constituir redes de comunicadores indígenas, redes de emisoras indígenas, se están multiplicando los espacios de formación de comunicadores indígenas, y de comunicadores populares, a través de cursos, seminarios, o de la misma universidad. Esto último es muy importante, ya que están formándose profesionalmente comunicadores y comunicadoras de las organizaciones sociales, y en nuestro país se requieren de miles de ellos.

Existe la necesidad de que en cada comunidad haya instructores/as de comunicación, no solamente para que fortalezcan los espacios organizativos sino que desde ahí, desde las bases, generen políticas de comunicación que involucren, por ejemplo, el desarrollo de niveles de interculturalidad. En el país los aparatos del Estado nunca van a interesarse por desarrollar una interculturalidad. Este pensamiento ha venido desde los pueblos indígenas y desde los sectores populares en nuestro país, y solo desde allí, desde estos espacios de comunicación se van a desarrollar y a potenciar la relación intercultural entre las diferentes culturas, pueblos y nacionalidades que existen en el país.

Asimismo, se están desarrollando iniciativas de promover la participación popular, la participación de indígenas, campesinos, sectores organizados, etc., las cuales no son solamente de carácter comunicacional, sino que también buscan incentivar la participación, el ejercicio de los derechos ciudadanos, el ejercicio de los derechos políticos, el involucrarse para la gestión de los gobiernos locales, en el control social, que se constituyen en hechos fundamentales que desde la comunicación pueden irse desarrollando y fomentando.

Con todo esto se constata que hay un acumulado en las organizaciones sociales para desarrollar estrategias de comunicación, pero esto no es suficiente al momento que se exige participar en una campaña electoral, en la cual hay que entrar a hacer no solo comunicación sino propaganda masiva, combinando todos los medios informativos posibles.

En este contexto al analizar que puede sucederle a un movimiento como Pachakutik, encontraremos que este no se va a poder competir en términos de los recursos y a través de los medios de información, pues los costos para permanecer constantemente en la radio y la televisión son altísimos. Es casi imposible que movimientos como Pachakutik, el mismo MPD, organizaciones sociales o líderes populares puedan desarrollar iniciativas desde la visión de abordar los medios, porque realmente es costoso. En este campo no se puede competir con los sectores políticos, todo eso exige desarrollar otro tipo de campaña, pero que al mismo tiempo es contradictorio por los tipos de campaña que se han establecido. Por ejemplo, los mecanismos que se privilegian son los niveles de concentración y de visita a ciudades, casas, mercados, etc., pero solamente en la ciudad de Quito se tienen seiscientos barrios, entonces serían imposible que un candidato se quede en la capital de la república dos meses o pueda cubrir a la misma en ese tiempo.

Por otra parte, cuando por Ley se reduce a dos meses la campaña electoral se está dejando a un lado los tipos de campañas que se hacían puerta a puerta, provincia por provincia, descentralizada, y finalmente, se va obligando a que la campaña electoral se haga a través de los medios de información fundamentalmente, y que se concentre en las grandes ciudades. Esto es lo que está ocurriendo en el país, estamos volviendo a los años sesenta para atrás, cuando las campañas electorales básicamente se hacían en Quito, Guayaquil, Cuenca y en las ciudades. En ese entonces no importaba lo que ocurría en la Amazonía, en las provincias de la Sierra, en las más pobres o en los cantones más pobres de la Sierra ni de las mismas Pichincha o Guayas.

En fin, este esquema planteado en la Ley ha hecho que sea a través de los medios de comunicación la forma más efectiva para dar a conocer al conjunto de la población a los candidatos y sus propuestas; pero sino se tiene recursos para los medios, simplemente se queda al margen de las posibilidades de tener un respaldo popular, porque ni siquiera se va a lograr posesionar al candidato que se está proponiendo desde los sectores de izquierda. Esta situación implica que desde las organizaciones sociales tengan que multiplicarse algunas iniciativas, como las concentraciones claves en varios cantones del país, cambiando el típico recorrido que antes hacían, palmo a palmo por todas las provincias. Pero también, aunque la exigencia sea estar en los medios de comunicación todos los días, habrá que mantenerse firme en las convicciones, hacer campañas basadas en los principios, en la conciencia, en los razonamientos, y no en el espectáculo, en las ofertas populistas y en candidatos que se ofrecen como mercancías.


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