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Boletin ICCI ARY-Rimay
Boletín ICCI-ARY Rimay, Año 7, No. 77, Agosto del 2005

Editorial

La amazonia y las petroleras


A mediados del mes de agosto la Asamblea Biprovincial de Sucumbíos y Orellana respaldados por los municipios, consejos provinciales y organizaciones sociales, iniciaron un paro indefinido de actividades, con la ocupación de los aeropuertos, el cierre de vías, posos, puentes, áreas y estaciones petroleras, demandando al Estado ecuatoriano el cumplimiento de compromisos y obligaciones, y la exigencia a las compañías petroleras que operan en la amazonía la rescisión de los contratos y su retiro inmediato, como la asistencia a las necesidades más apremiantes de aquellos pueblos olvidados.

El paro amazónico que convocó a autoridades, pobladores, campesinos, indígenas, es totalmente justo y por razones absolutamente evidentes. No es congruente que en un país petrolero como el Ecuador, los recursos generados por la producción petrolera no hayan aportado al bienestar y a lograr mejores condiciones de vida de la población amazónica. No es comprensible que mientras las compañías petroleras se llevan de la amazonía miles y miles de millones de barriles de crudo el 41,8% de los niños amazónicos menores de 6 años sufran desnutrición crónica, que el 16,7% de niñas y niños amazónicos trabajen y no estudien; en la amazonía existe un 23% de indigentes y 40,3% de la población vive en condiciones de hacinamiento.

En Sucumbíos el 81,73% de la población vive en condiciones de pobreza, en la provincia de Orellana el 86,6% de la población en la misma condición de pobreza por necesidades básicas insatisfechas.  La actividad petrolera ha sido devastadora, la afectación al medio ambiente ha acabado con la vida de los animales, plantas y pueblos, ha alterado la convivencia de la región, la población es víctima de atropellos, vejaciones, persecuciones, muerte, se ha afectado profundamente la cultura y la supervivencia de las Nacionalidades.  Mientras que solo la compañía Occidental aprovecha 120 mil barriles diarios de petróleo de los cuales el 80% se lleva la compañía y el 20% queda para el Estado.

Sin embargo, la respuesta a la justa lucha de los amazónicos por parte de las autoridades es la declaratoria del Estado de Emergencia y la violencia consecuentemente, la brutal represión del ejército y policía defendiendo los intereses de las compañías petroleras y del imperio; la detención de autoridades y dirigentes del paro amazónico, los allanamientos a domicilios, las capturas, los niños y ancianos asfixiados por las bombas lacrimógenas, las heridas de bala en la salvaje represión, a pesar de todo ello no lograron frenar las marchas y la digna lucha del paro amazónico.

Al margen de los logros alcanzados en este paro amazónico es necesario puntualizar algunas apreciaciones nacionales. Las compañías petroleras que operan en la amazonía se convirtieron en punta de lanza del nuevo modelo geoestratégico de los Estados Unidos, pues la Oxy y la petrolera Chevron Texaco no solo han influido muy notoriamente en las decisiones de los últimos gobiernos ecuatorianos, sino son piezas claves en el control de los recursos naturales y el petróleo en la cuenca amazónica y, de su participación en el Plan Colombia y en el fraccionamiento de las organizaciones sociales y particularmente de las Nacionalidades indígenas.  Con gobiernos débiles y entreguistas como los nuestros, las compañías petroleras y los Estados Unidos consolidan su hegemonía.  El Congreso y los políticos tradicionales han sido incapaces de resolver con dignidad el conflicto amazónico con una actitud de que no pasa nada en la amazonía.  El gobierno de Palacio sometido a de los intereses ajenos no ha sido capaz de resolver ni los problemas domésticos sociales, ni la dignidad para defender los intereses nacionales.

Por otro lado el papel de los movimientos y partidos de izquierda, identificados con los problemas nacionales se ven menguados, reducidos y enredados en su propia incapacidad, sin connotación política frente a los graves problemas del país, cada quien por sus propios intereses, no están preparados para construir una unidad ni al menos de carácter coyuntural.  Han desaprovechado una vez más momentos importantes como la lucha de las provincias amazónicas para convertirla en una lucha por la dignidad y defensa de la Soberanía Nacional contra las compañías petroleras y conformar un gran frente nacional para robustecer las propuestas políticas nacionales: de no firmar el TLC, rechazar la Base de Manta, la no participación en el Plan Colombia, contra las privatizaciones de áreas estratégicas del Estado.

El movimiento indígena con raíces en las nacionalidades amazónicas ha estado junto a su lucha y a través de la CONAIE ha liderado movilizaciones con sectores sociales y populares fundamentalmente contra la OXY, exigiendo al gobierno que declare la caducidad del Contrato con la petrolera, y Petroecuador asuma las operaciones del bloque 15 y otros en torno al proceso de nacionalización del petróleo como es la propuesta del Movimiento Indígena.

En momentos difíciles para la sociedad ecuatoriana es necesario articular ideas y perspectivas históricas e ir trabajando en la construcción de una propuesta que permita verdaderamente transformar las caducas estructuras y sistema, responsables de la pobreza y desigualdad social en el Ecuador. Es responsabilidad de las organizaciones y la honestidad y compromiso de sus líderes el soñar en la concreción de una sociedad justa, digna y soberana.


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