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Boletin ICCI ARY-Rimay
Boletín ICCI-ARY Rimay, Año 4, No. 44, noviembre del 2002

Las intenciones del ALCA

Un proyecto de recolonización

Blanca Chancoso
coordinadora del Foro Social Mundial- Ecuador


El nuevo gobierno ecuatoriano antes de opinar si o no al ALCA, debiera primero escuchar al pueblo que opina sobre el tema

El proceso de colonización a que han estado sometidos nuestros pueblos del continente aún no ha terminado. Ahora, los colonizadores tienen nuevos mecanismos para saquear las riquezas de nuestros territorios, así como para someternos a sus intereses. El Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) es un proyecto que prolonga el colonialismo.

Debemos tomar en cuenta que el ALCA no es un acuerdo para que exista un área de libre comercio para todos, no es un espacio de interrelación entre gobiernos y pueblos -lo cual si es importante-, sino que más bien es un proyecto que busca afianzar la apertura de mercados para las empresas norteamericanas y para las grandes transnacionales.

El ALCA no ha entrado en vigencia, pero ya hay muestras del impacto que puede causar en las economías nacionales la implementación de un acuerdo de este tipo. Por ejemplo, desde 1995 se dio paso al Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Canadá, Estados Unidos y México, donde los pueblos indígenas mexicanos han sido los más afectados, sobre todo en la agricultura y en la cultura.

Con la entrada en vigencia del TLC el maíz con que se hacían las tortillas mexicanas dejó de ser sembrado y producido por los agricultores, ya que ahora desde los Estados Unidos entra importado a México un maíz que está altamente subsidiado, lo que ha llevado a que los indígenas mexicanos tengan que dejar el campo y emigrar a las grandes ciudades en busca de un trabajo que no hay. Aquí el impacto es doble: tanto en la alimentación como en la cultura, porque es hacerle negar su propia vocación de agricultor, además de pasar a engrosar las filas del desempleo.

En Ecuador también hemos tenido impactos en la agricultura sin que entremos al ALCA, quizá es más palpables en las frutas. Por ejemplo, en Tungurahua se producen manzanas, uvas, mandarinas, cultivadas con esfuerzo propio de cada uno de los agricultores, pero hay un tratado bilateral con gobiernos como el de Chile, para importar la manzana chilena que se vende a un precio más barato que la nacional; lo mismo sucede con las uvas y otras frutas que estarían más baratas.

Ante este hecho como consumidores podemos pensar que está bien porque hay competencia, y estamos siendo beneficiados, pero es un beneficio momentáneo y disfrazado, porque al comprar lo importado lo que se cultiva en el país no podrá venderse, y es así como quiebra la economía de los ciudadanos productores, en este caso de la provincia del Tungurahua. En este ejemplo se palpa la desigualdad en los acuerdos comerciales, porque no hay compensación, ni retribución, de Ecuador no exportamos frutas para Chile, en cambio de allá si vienen productos agrícolas que desplazan a los nuestros en el mercado local. Así no hay ningún tipo de incentivo para la producción nacional.

Ahora con la puesta en marcha del ALCA todos los ecuatorianos deberíamos estar preocupados, no solo los campesinos e indígenas, sino los pequeños y grandes empresarios, porque los efectos son para toda la economía nacional. Por eso, desde varios espacios organizativos de la sociedad civil a lo largo y ancho del continente hemos venido planteando un NO al ALCA, porque creemos que otra integración es posible, que otra América es posible. Creemos que la integración es necesaria pero dentro de un marco igualitario, que el Area de libre comercio sea un intercambio real y no la imposición de las economías más fuertes sobre las más débiles.

Entendemos que cuando se hacen acuerdos que buscan mejorar la situación de todos los países, se hacen tratados igualitarios que no perjudiquen la economía de las naciones. Por eso desde los pueblos del continente decimos NO al ALCA, pero SI a iniciativas que puedan fortalecer nuestras economías, como puede ser una integración andina y suramericana, en la que entremos en términos iguales de respeto mutuo, intercambio, solidaridad, y no de caridad –como lo han hecho países del norte- para después cobrarnos esa caridad con intereses.

En el marco de otra integración se puede ampliar la solidaridad y las relaciones entre estados sin que se venda la patria. Cada país necesita fortalecer sus relaciones comerciales, aumentar la producción interna, la calidad en servicios, tener seguridad alimentaria, sostener el derecho y el respeto a derechos colectivos, como personas y como pueblos.

Pero en el ALCA se esconden intereses particulares de beneficio para los EEUU, forma parte de un proyecto geopolítico, militar, y económico de control del territorio continental, para que no haya nada que le impida el paso de sus mercancías y negocios. Desde hace 8 años que se inició el proceso de discusión sobre el ALCA, pero solo ahora, en el último año, se hizo público el documento borrador y se conoció que habían estado trabajando los ministros de economía, comercio exterior y cancilleres de los 34 países del continente.

Una de las cosas que nos enteramos es que había una comisión de consulta a la sociedad civil, pero ha estado integrada por ONGs para-gubernamentales, financiadas por los mismos gobiernos, para que sin ninguna posición crítica den el visto bueno al ALCA. Con ese espacio pretenden confundir al pueblo, a la ciudadanía, a la sociedad civil en general. Los pueblos no nos sentimos representados en esos espacios. Desde la campaña continental contra el ALCA se ha decidido hacer consultas populares en cada país, ya Brasil lo hizo recientemente y en Ecuador se prepara para marzo del 2003. Esta podría ser una tarea del nuevo gobierno ecuatoriano, que antes de opinar si o no al ALCA, debiera primero escuchar al pueblo que opina sobre el tema. En la consulta popular se expresa la verdadera sociedad civil y no en comisiones secretas y selectivas, como la que ha venido reuniéndose junto a ministros y empresarios del continente.

Otro de los objetivos del ALCA es complementar su estrategia de hegemonía en el continente. Ya hay una avanzada con el Plan Colombia y con la Iniciativa Regional Andina (IRA), que son planes de militarización del continente para asegurar sus mercados, abriendo bases militares en Ecuador, con la base de Manta, de Alcántara en Brasil, Puerto Vieques, en Puerto Rico, y otras más en el cono sur y en la misma Colombia. Todos esos espacios son parte de lo mismo, es un brazo armado del ALCA. Así EEUU quiere asegurar que se cumplan sus propósitos, por las buenas o por las malas.

Pero la avanzada neoliberal norteamericana no solo ha sido con la militarización, hay otros frentes desde los cuales nos ha venido atacando: está el proyecto de dolarización aquí en Ecuador y Centroamérica, la convertibilidad en Argentina, el TLC, las imposiciones del FMI a los países, el pago de la deuda externa, el Plan Puebla-Panamá, en fin, son medidas que llevan a la pérdida de la soberanía nacional y que con la entrada en vigencia del ALCA en el 2005 se reafirma el nuevo colonialismo.

Sin embargo, el pueblo del continente no se ha quedado de brazos cruzados, sino que ha impulsado jornadas continentales de resistencia contra el ALCA, procesos de formación, movilización y elaboración de propuestas alternativas. En cada país se han constituido comités nacionales de campañas contra el ALCA, y se ha logrado aumentar la participación ciudadana más allá de los sectores sociales. También es significativo el avance que va teniendo sectores antineoliberales en los espacios electorales, como son los casos de Venezuela, Brasil, Bolivia y Ecuador, entre otros, porque va creando una correlación de fuerzas que puede hacer posible otra integración.

Este proceso fue el que se dio cita en Quito desde el 28 de octubre hasta el 1 de noviembre, en desarrollo del Encuentro Continental de reflexión e Intercambio “Otra América es Posible”, donde se congregaron representantes de 41 países y cerca de 10 mil personas, para hacer un intercambio de propuestas y estrategias alternativas al ALCA, en momentos que se daban cita los ministros de 34 países para discutir el segundo borrador del tratado que espera entrar en vigencia en el 2005. Luego de una movilización y toma pacífica de la ciudad de Quito, y pese a la represión policial, se logró hacernos oír por los ministros (ver recuadro 1) y se les entregó un documento que recoge el sentir de la oposición al ALCA en el continente. Este mismo sentimiento de lucha y resistencia es el que se vio expresado en el II Encuentro Hemisférico efectuado en La Habana, Cuba, del 25 al 28 de noviembre último (ver recuadro 2), donde se llamó a redoblar la Campaña contra el ALCA para detener este proyecto de recolonización.


Mensaje de la Movilización de los Pueblos de América a los Ministros de Economía y Comercio

Quito, 31 de octubre de 2002

Sres. Representantes de los Gobiernos que negocian la creación de un Área de Libre Comercio de las Américas

Los hombres y mujeres -indígenas, trabajadores, campesinos, estudiantes, pobladores, ciudadanos, niños, jóvenes, adultos y ancianos-, representantes de organizaciones populares de esta hermosa república del Ecuador y de todos los países de nuestra América que nos encontramos hoy en las calles de Quito, hemos llegado hasta aquí para manifestarles en voz alta, con la voz que es la voz de millones de habitantes de nuestro continente, nuestro más completo y decidido desacuerdo y oposición al Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) que ustedes se encuentran negociando.

El ALCA no tiene legitimidad desde el momento en que ustedes lo están negociando de espaldas a la sociedad, de manera antidemocrática, en negociaciones casi secretas, resguardadas por ofensivos cercos policíacos y militares, a las que tienen acceso sólo un puñado de grandes empresarios, sin informar ni mucho menos consultar a la población y ni siquiera a los congresos nacionales.

El ALCA no puede sino reforzar la exclusión social y el deterioro ambiental desde el momento en que sólo toma en cuenta los intereses de las grandes corporaciones trasnacionales, particularmente norteamericanas, y sus socios locales, e ignora absoluta, explícita y formalmente las necesidades y reivindicaciones sociales y ambientales, bajo el argumento inaceptable de que las reglas del comercio y la inversión son cosa de hombres de negocios y no de los pueblos cuyos destinos van a estar en juego.

El ALCA no puede sino profundizar las desigualdades entre las naciones y la polarización social dentro de ellas desde el momento en que se basa en el modelo del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que tras nueve años ha significado un verdadero desastre social y grave pérdida de soberanía para el país firmante menos desarrollado. En el texto del ALCA que con reticencias y a destiempo han dado ustedes a conocer, se repiten y profundizan los peores aspectos del TLCAN:

* Se pretende dar trato igual a países completamente desiguales, lo que sólo puede producir más desigualdad; se pretende dar trato igual al pequeño productor latinoamericano que a las grandes corporaciones norteamericanas; se pretende hacer competir al empobrecido agricultor latinoamericano con los agricultores altamente subsidiados del Norte; se nos hace así perder seguridad y soberanía alimentarias.

* Se le brindan todas las garantías a los grandes inversionistas mientras se le niega cualquier protección a los sectores vitales y estratégicos de las economías menos desarrolladas, y se les otorgan superderechos a las corporaciones al grado de que pueden incluso demandar a los estados ante cualquier medida que limite su insaciable sed de ganancias;

* Se abren a la privatización y desnacionalización áreas vitales para el desarrollo de una nación, como la energía, la educación, la salud y hasta el agua; los servicios públicos básicos pasan de ser un derecho a simples mercancías y se deja nuestro futuro a la suerte del mercado;

* Se legaliza hasta el robo del conocimiento tradicional y se da derecho a propiedad sobre la vida y su reproducción al hacerla susceptible de patentes; se tiende a destruir nuestra identidad y diversidad;

* Se pone en riego, en fin y en realidad, cualquier posibilidad de que los estados tengan la capacidad de conducir un proyecto nacional de desarrollo verdadero en las naciones de Latinoamérica y el Caribe.

El ALCA no sería otra cosa que una constitución económica supranacional en la que cederíamos la soberanía de nuestras naciones a la hegemonía de los intereses norteamericanos.

No estamos en contra del intercambio y los acuerdos entre países. Estamos por un modelo distinto al que se quiere imponer con el ALCA; estamos por acuerdos soberanos y democráticos que verdaderamente garanticen un desarrollo justo, equitativo y sustentable para cada una de nuestras naciones.

Es por todo eso, señores ministros, que hoy venimos hasta aquí no a "dialogar", porque sus gobiernos han estado cerrados a cualquier diálogo verdadero, y a escuchar y tomar en cuenta el sentir de la sociedad civil, y esto no cambiará con que se dignen hoy a recibirnos o con que se tomen la foto con los representantes populares; venimos hasta aquí para exigir que suspendan las negociaciones del ALCA y depositen finalmente en sus pueblos, en quienes radica la soberanía de cada nación, las decisiones que afectarán los destinos de nuestros países.

En la medida en que sus gobiernos se niegan a ir más allá de inaceptables simulaciones de consulta, hemos tomado en nuestras manos la realización de una Consulta Popular Continental para que millones de hombres y mujeres de todo el continente digan si quieren o no quieren el ALCA. Esperamos que las voces que traemos hoy aquí y las que surgirán de la consulta popular sean escuchadas. De no ser así, pondrán ustedes en serio riesgo el futuro de América.

¡Si a la Vida! ¡No al ALCA! ¡Otra América es Posible!


Llamamiento de La Habana

A todos los pueblos de América:
La vida de nuestros pueblos y la independencia de nuestras naciones está en juego: luchar contra el ALCA es luchar contra la anexión y la miseria

Nosotros y nosotras, indígenas, negros, sindicalistas, campesinos, jóvenes, pobladores, religiosos, ambientalistas, defensores de derechos humanos, creadores, comunicadores, parlamentarios, artistas e intelectuales, hombres y mujeres de todas las razas, representantes de organizaciones sociales y políticas provenientes de los (treinta y cinco países) de nuestro continente, hemos llegado hasta La Habana, Cuba, para realizar nuestro Segundo Encuentro Hemisférico de Lucha contra el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), pues Estados Unidos y sus gobiernos afines en el hemisferio, persisten en su objetivo de imponer a nuestras naciones este tratado supranacional que condena a la pobreza a sectores cada vez más amplios de la población tanto en el Sur como en el Norte, que otorga derechos a las corporaciones trasnacionales por sobre los estados y los pueblos, abre indiscriminadamente nuestros recursos naturales, productivos y humanos al saqueo sin medida y sacrifica, en fin, cualquier posibilidad de un desarrollo soberano de nuestras naciones, en lo que constituiría una nueva era de colonización y anexión de nuestra América por parte del poder político, económico y militar de los Estados Unidos.

En el año que ha transcurrido desde nuestro Primer Encuentro hemos visto, sin embargo, cómo se ha fortalecido de manera notable la resistencia contra la amenaza del ALCA y otras calamidades que el neoliberalismo ha dejado caer sobre nuestros pueblos. Se están cosechando las primeras victorias: lo mismo en Bolivia que en El Salvador, en el Ecuador que en Perú, en Paraguay y Uruguay, en Quebec, Canadá y Estados Unidos, en México y otros países, se viene resistiendo con éxito a las políticas que buscan privatizar la energía, la salud, el agua y hasta la vida. En Argentina, donde se ha puesto de manifiesto la amplitud de la debacle del modelo neoliberal, crece la movilización del pueblo contra las políticas de concentración de la riqueza responsables de un verdadero genocidio social; así también en Venezuela, donde se han logrado frustrar hasta el momento los intentos golpistas y de desestabilización contra un gobierno electo que no es del gusto del gobierno de Estados Unidos. Los ejemplos de resistencia y dignidad se multiplican en todas partes, sobre todo en aquellas luchas encabezadas por los pueblos indios y el movimiento negro, hasta ahora marginados entre los marginados. En todas partes, el individualismo, la competencia y la división fomentados por el neoliberalismo comienzan a ceder el paso a la unidad y la solidaridad entre los pueblos. En todas partes las mujeres vienen ocupando cada vez más su lugar y colocando sus reivindicaciones al frente de las luchas, lo que es un motivo de orgullo y dignidad para todo el movimiento.

En particular, en la lucha contra el ALCA, desde el último encuentro hemos visto desarrollarse comités de amplia convergencia de fuerzas sociales y políticas en los diversos países, lo cual se ha traducido en el despliegue de una campaña informativa y educativa, en acciones masivas y en la preparación y realización de la Consulta Popular Continental, que ha tenido un arranque formidable con el plebiscito celebrado en Brasil, durante la primera semana de septiembre del 2002 y en el que más de diez millones de brasileños y brasileñas dijeron No al ALCA. En Quito, con motivo de la Cumbre de Ministros de Comercio, nos movilizamos aún en medio de los gases lacrimógenos de la policía, e hicimos llegar claramente el rechazo de nuestros pueblos a los gobiernos que se empecinan en negociar el ALCA..

El avance en la resistencia, el fortalecimiento del movimiento social y su articulación cada vez mayor a nivel global, se están traduciendo también en conquistas políticas, como la alta votación obtenida por Evo Morales en Bolivia y, sobre todo, las victorias electorales de Lula en Brasil y Lucio Gutiérrez en Ecuador, candidatos apoyados y llevados al triunfo por fuerzas populares opuestas a la recolonización de nuestra América. Los nuevos escenarios que se abren con estas victorias constituyen sin lugar a dudas un golpe al modelo neoliberal, pues el voto de nuestros pueblos fueron votos contra ese modelo, contra el “libre comercio”, contra la dominación norteamericana.

Sin embargo, a pesar de estas claras muestras de la voluntad de nuestros pueblos, el imperio norteamericano y sus gobiernos subordinados en el hemisferio no quieren escuchar el clamor de justicia e independencia que crece desde abajo y se obstinan en continuar con sus planes colonialistas y antipopulares. El desempleo y la miseria no dejan de crecer a pesar de las promesas de desarrollo de los promotores del “libre comercio” y de las farsas de programas contra la pobreza y, por el contrario, la situación raya ya en el genocidio social y la degradación humana; nuestros países están perdiendo su soberanía y seguridad alimentaria, y servicios y bienes básicos, como la educación y la salud, se pretenden dejar al inhumano juego del mercado. En un país como Argentina, donde hasta hace poco hubiese sido impensable, los niños están muriendo de hambre. La deuda sigue siendo un flagelo y un instrumento de chantaje y control contra nuestras naciones. La militarización, con el pretexto de la lucha contra el narcotráfico y ahora el terrorismo, es la pareja indispensable del “libre comercio”. El Plan Colombia, el Comando Norte y la “cooperación” en general de nuestros gobiernos con los halcones del Pentágono son el otro lado de la pinza de la política de integración económica subordinada a los intereses norteamericanos.

No obstante las graves consecuencias sociales que ha tenido el TLCAN, especialmente en México, y la significativa oposición a lo que se está negociando, los ministros de comercio reafirmaron en Quito que piensan concluir las negociaciones del ALCA para el año 2004. Además, Washington y sus aliados, o mejor dicho subordinados, no están esperando la culminación de estas negociaciones y avanzan todos los días en planes y tratados de “libre comercio” binacionales o regionales, todos ellos piezas de la estrategia de reafirmación de la hegemonía norteamericana en el continente y que pavimentan la carretera del ALCA. Estos planes hemisféricos son parte de la estrategia más general de las corporaciones norteamericanas en el marco de la competencia con los otros bloques económicos en la Organización Mundial de Comercio (OMC), pues temas como el de agricultura y privatización de los servicios públicos y otros que apenas están siendo considerados para ser incluidos en la OMC están ya presentes en el proceso ALCA..

Las negociaciones del ALCA y de la OMC (y los procesos bilaterales y regionales dentro de ellas) han entrado a una fase decisiva. La crisis y desesperación de nuestros pueblos está llegando al límite. La amenaza de guerra está aquí. Pero nuestras posibilidades de resistir son mejores que antes y hay nuevas luces de esperanza. Nuestra lucha debe entrar también en una fase decisiva. Es por todo ello que desde aquí, desde la patria de Martí, que es un ejemplo de que se puede vencer y resistir a la dominación imperial, hacemos el presente

LLAMAMIENTO:

· A redoblar en cada uno de nuestros países, en el ámbito regional y a escala continental, la Campaña contra el Área de Libre Comercio de las Américas, reforzando las actividades de información, difusión y educación entre la población en general, así como las movilizaciones y toda clase de iniciativas y acciones a nuestro alcance para detener este proyecto de recolonización..

· A avanzar en la conformación de comités nacionales unitarios, intersectoriales, plurales y horizontales de lucha contra el ALCA.

· A dar un nuevo impulso a la organización y la realización de la Consulta Popular Continental sobre el ALCA que tendrá un nuevo plazo hasta el mes de octubre, previo a la Cumbre de Ministros de Comercio en Miami, para llegar ahí con la fuerza de la participación de millones y millones de hombres y mujeres de todo el continente.

· A desarrollar una estrategia hacia los congresos nacionales para que los parlamentarios opuestos al ALCA luchen junto con sus pueblos por recuperar la defensa de la soberanía y detener el ALCA.

· A dar simultáneamente la lucha contra los tratados, acuerdos y planes bilaterales y regionales de “libre comercio” que avanzan el modelo injusto y desigual del ALCA, así como a construir desde abajo una alternativa de integración de los pueblos justa equitativa y sustentable.

· A vincular la lucha contra el “libre comercio”en el hemisferio con la lucha contra la Organización Mundial de Comercio y, en particular, contra una nueva ronda y la inclusión de nuevos temas que sólo otorgarán más poderes a una institución dominada y al servicio de las grandes corporaciones trasnacionales.

· A ligar cada vez más esta lucha con las luchas concretas y cotidianas que nuestros pueblos están librando en los diferentes frentes abiertos por el neoliberalismo, en particular en la defensa del carácter público de la educación, la salud, la seguridad social, los recursos energéticos y naturales de nuestros países.

· A hacer nuestra la lucha contra toda forma de exclusión y discriminación, y en particular la lucha contra la violencia hacia las mujeres.

· En especial, convocamos a vincular la lucha contra el “libre comercio” a la lucha histórica contra la injusta e ilegítima deuda externa y contra el belicismo norteamericano que pone en peligro no sólo la soberanía sino a todo el planeta, así como a combatir las políticas de contrainsurgencia militar, paramilitar y civil que promueven los gobiernos latinoamericanos. Debemos ahora también encarar unitariamente la defensa común contra la criminalización que de los luchadores sociales se viene haciendo.

· Además de las luchas que libraremos en cada país y región, convocamos a encontrarnos y movilizarnos contra el ALCA y la OMC en el marco del Foro Social Mundial de Porto Alegre en enero del 2003; a encontrarnos y movilizarnos junto con nuestros hermanos y hermanas de todo el mundo en Cancún, México, en septiembre del 2003 contra la OMC, desarrollando toda clase de movilizaciones y acciones simultáneas en todos nuestros países; a realizar una jornada continental de acción contra el ALCA cuando se reúnan los ministros de comercio del ALCA a fines del 2003 en Miami y a volvernos encontrar en La Habana en enero del 2004.

Concluimos nuestro Segundo Encuentro Hemisférico de Lucha contra el ALCA convencidos de que, así como hemos cumplido muchas de las metas que nos propusimos en el Primer Encuentro, este Segundo Encuentro abre el camino de una nueva etapa, de un salto en la lucha contra el nuevo intento de dominación colonial; convencidos de que siguiendo el camino del movimiento de resistencia global expresada en Chiapas, Seattle, Quebec y en tantas otras luchas populares libradas en Norte, Centro, Sudamérica y el Caribe, sabremos cambiar el destino de marginación, miseria y guerra que quieren deparar como futuro a nuestros pueblos, los grandes señores del poder y el dinero. Desde este territorio libre de América, con el cual nos solidarizamos y para el cual exigimos el cese al bloqueo y el respeto a su soberanía, decimos:

¡NUESTRA AMÉRICA NO ESTÁ EN VENTA!

¡SOBERANÍA POPULAR SÍ, ALCA NO!

HAGAMOS JUNTOS OTRA AMÉRICA POSIBLE!


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